24 de mayo de 2008
Escena Final
Santiago se caía a pedazos, se iba desarmando con las calles anegadas y los canales desbordados del barrio alto. Íbamos caminando debajo de la lluvia cuando todos se ocultaban de ella, saltando sobre los charcos, burlándonos de los que metían los pies al agua. Íbamos de la mano como si eso quisiera decir algo. Como si significara que nos queríamos. Supongo que nos queríamos, pero las manos tomadas no quieren decir eso de todas formas. Nos paramos en medio de la calle bajo la lluvia y el paraguas y nos miramos sonrientes, como en una película, como a él le gusta que sean todas las cosas. Me besa las mejillas y me dice que mi pelo ya no es liso bajo la lluvia, me besa en los labios y me abraza diciendo que me quiere. Sí, dice te quiero con naturalidad, su voz hasta rima con la lluvia y calza perfecto en la escena, como un sonido diegético, en la espacialidad acústica que ha creado en su película. Esa que se está inventando mientras me da un beso. “¿Has notado que en las películas llueve más fuerte?”, sí, era una película sin duda, la lluvia era como la de las películas, casi hasta podía oír la música en off de la despedida, “Just like honey” podría haber sido fácilmente, o alguna versión chilena más barata, siempre se debe cuidar el presupuesto.
Pasa una pareja corriendo y salpicando agua. Me dice que no puede estar conmigo por razones que no entiendo. No soy muy buena actriz, pero disimulo bien el hecho de que ya había leído el guión un par de veces a escondidas. Entonces recuerdo mis líneas y le digo que se quede conmigo, que la lluvia no sería tan entretenida si no estuviera él. Sonríe y yo le sonrío también. No sé si es una bonita escena, no deja de parecerme un poco triste. Quisiera no tener que interpretar yo el papel del personaje despreciado –el pintor desdichado, para ser más exactos- pero es lo que me tocó supongo.
La escena debe terminar. Me gustaría que se pareciese a la despedida de “Perdidos en Tokio”, pero la película no es mía sino suya y supongo que es un poco más desesperanzadora debido a eso. Me dice que soy la persona más especial en su vida y que no se va a olvidar de todo esto. Me besa la frente y se va. Camina unos pasos y se da vuelta. Yo hago lo mismo y lo miro a unos metros mojándose con la lluvia que parece llenar el espacio entre nosotros. Supongo que la lluvia era el único sonido en escena, me doy la vuelta y camino hacia mi casa. Cuando volteo ya no está. Me quedé sola en la pantalla, con el paraguas en la mano, no hay música y la lluvia se va apagando lentamente antes de que aparezcan los créditos.
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