14 de julio de 2009

Demasiado tarde


Es el momento de los reproches, del autocastigo psicológico y la culpabilidad. Toda mi vida universitaria he lidiado con este mismo trío indomable que me asecha periódicamente durante cada año que paso estudiando esta carrera que tuve que elegir cuando era muy pendeja como para darme cuenta de lo que era bueno y lo que no. Y cada vez que vuelve, cada vez que me reprocho mis propias decisiones y me culpo por ellas tengo la convicción cada vez más clara de que me equivoqué, de que yo no tenía que haber elegido Agronomía como el camino de mi vida. Dicen que nunca es tarde, pero es mentira. Tengo 28 años y definitivamente, es muy tarde para arrepentirse.


Y me culpo porque odio esto, porque sencillamente no me interesa lo que leo, lo que aprendo, no me interesa saber si la fecha de cosecha influye en la calidad del vino, es que no puedo interesarme de corazón por ello, no amo la Enología como debería amarla a estas alturas ni menos la Agronomía, no siento pasión por ello, en lo absoluto, y luego vienen esas preguntas feroces y descarnadas, las que te mandan al mismo agujero del arrepentimiento, ¿Y qué hubiese pasado si hubiese estudiado literatura?. No ha habido día en el que no me lo haya preguntado desde que decidí escribir “Agronomía” en mi cartola de postulación. Y a esa edad estúpida en la que uno no sabe nada, hay que decidir el futuro de toda una vida y mi orgullo adolescente me hizo optar por una ingeniería, para no volver a sentirme tonta nunca más delante de mis padres que siempre me creyeron la oveja negra, y eso es todo. No más razones. Y hoy, cuando terminé los ramos, hice la práctica, me metí a un magíster, escribo el proyecto de tesis y estoy involucrada hasta los dientes en esto, sigo haciéndome esa misma maldita pregunta que me duele. Que inevitablemente me pone triste. ¿Qué hubiese pasado si hubiese estudiado literatura?, ¿hubiese sido más fácil salir de la cama en las mañanas?, si sientes pasión por lo que haces, ¿logras levantarte feliz de tu cama sabiendo que te esperan cosas buenas en el día? Siempre me hago esa pregunta y siempre pienso, cómo cresta se debe sentir tener ánimo en la mañana, cómo debe ser querer salir de tu cama porque amas el camino que elegiste tomar…


La Enología no es tan mala tampoco. Lo sé. A veces es linda, es amplia y profunda, pero con ella sufro constantes crisis vocacionales igual. Pienso en todos los cuentos –la mayoría malos- que he escrito, en las cincuenta mil páginas que he escrito en mi bitácora durante estos últimos diez años y en otras tantas en mis antiguos diarios de vida infantiles, en las novelas de amor de mi adolescencia, en los cuentos de osos y conejos que escribí en mi infancia, en todas las veces que he concursado en “Santiago en cien palabras” sin éxito y en todas las idioteces que he escrito en este blog que amo tanto, y pienso que debí haber tomado el otro camino. Que si me apasiona más investigar sobre la vida de Albert Camus, que leer un paper de compuestos fenólicos es porque estoy mal enfocada. Estoy perdida y me arrepiento. Y es en estos momentos cuando siento toda la frustración sobre mis hombros, entre el letargo y el desánimo. Es ahora cuando veo mi vida hacia atrás y me doy cuenta que no quiero hacer esto por el resto de mi vida, me revuelco en mi propia insatisfacción preguntándome ¿por qué mierda no estudié literatura? ¿Por qué mierda preferí la estabilidad económica de la ingeniería que finalmente es tan utópica como la estabilidad económica de un licenciado en literatura? ¿Por qué uno debe tomar la decisión más grande de la vida cuando se es un adolescente que no mide ninguna consecuencia?. La vida es una seguidilla de injusticias reprochables que no terminas de aceptar. Sé que algún día llegaré a pensar que hice lo correcto –o más bien quiero creer eso-, pero mientras tanto sigo culpándome involuntariamente por todo lo que siento y lo que no logro sentir. Sigo lidiando con las preguntas, y los fantasmas, con la frustración y las pocas ganas con las que despierto cada mañana. Porque no hay más, porque ya es demasiado tarde para arrepentimientos…

1 comentario:

Barbara Millicent Roberts dijo...

por las rechucha carola, te entiendo tan bien, las motivaciones con las q se elije una carrera apenas con 17 o 18 años SON MULAS , NO SON REALES, yo nunca he sabido para que soy buena, la unica wea q pense fue..huir de las matematicas y no pasar mi vida entera encerrada en un cubiculo de gallina (oficina para los amigos)....y olvide q alguna vez quize ser actriz, y me deje pasar a llevar x mis padres y dije ya ya pa q se callen!!
y odie trabajar en colegio, es lo peor q le puede pasar a un humano....te entiendo tanto tanto, no tengo pega y me cuestiono todos los putos dias si debi estudiar otra wea o no...