2 de septiembre de 2010

Él



Tiene los dientes grandes, las paletas, como los dientes de los conejos. La barba le crece rápido, cuando llega la noche me rosa la cara y me irrita un poco. Le gusta ver películas malas y jugar juegos tontos en su Ipod. Siempre escribe cosas en una libreta, con esa letra ilegible que nunca he podido descifrar. A veces me mira y sus ojos me atraviesan casi con insolencia, con impudicia. Tiene lunares en la espalda, tiene muchos y de varios tamaños. Yo me entretengo tocándoselos todos. De a uno. Incluso me duermo en ellos, o con ellos. No le gustan los mariscos y suele comprarse caramelos chinos que se echa a la boca y los chupa hasta que se deshacen. No le gusta morderlos, y me regaña si yo lo hago. Me encanta su olor y sus pies tibios cuando hace frío. Me gustan sus ojos. Esos dientes y esa risa que me desarma. Amo a ese hombre de dientes de conejo