Siento una especie de ahogo por esta película. No tengo con quien comentarla ni posibilidad de volver a verla por mucho tiempo más –hasta que la piratería vuelva a hacerse presente en mi vida- por lo que me obsesiono recordándola, soñando con zombies, sangre, persecuciones espeluznantes y una banda sonora bastante notable.
28 Days Later es sin duda una de las películas a las que recurro periódicamente los fines de semana de ocio. Nunca he sido fanática de los zombies, pero ésta me robó el corazón absolutamente –sin mencionar que Cillian Murphy también lo hizo y que el toque Danny Boyle me atrapó irreversiblemente desde la encantadora Trainspotting- con muy buena fotografía y una banda sonora destacable, razones por las cuales caigo irremediablemente en ese enamoramiento obsesivo por las películas que sufro de vez en cuando.
28 Weeks later es menos adorable y mil veces más escalofriante que su antecesora, sin embargo me robó el corazón de todas formas. Es que nadie puede resistirse a la imagen de un Londres desolado y vacío, y a unos zombies al fin poderosos, rápidos y sin esa típica actitud de enfermos mentales que suelen tener los zombies en casi todas las películas que he visto –razón por la cual no soy amante del género-. Notable me pareció la primera escena completa, una pequeña pero increíblemente excitante introducción 28 semanas antes de la historia central. Y más aún, la escena de la infección masiva de gente hacinada -tal cual lo describían en la primera película- vomitándose unos a otros, sanos e infectados habitando el mismo espacio, el caos, sangre, gritos, desesperación y lo más increíble de todo: una música demoledora. Sólo Dios sabe cómo hubiesen terminado mis uñas si no hubiese tenido la precaución de comprar cabritas antes de la función.
Si bien es cierto que 28 Weeks Later no supera a mi siempre amada 28 Days Later, se convirtió en una de las mejores películas que he visto últimamente –aunque no es un buen punto de comparación teniendo en cuenta que las últimas que vi en el cine fueron Transformers y Los Simpson- y quedará apuntada solo un poco más abajo que su antecesora en mi lista de favoritas. Quisiera verla una segunda vez para convencerme del todo. Por ahora puedo decir que me encantó, y que seguiré escuchando la banda sonora en el pendrive al viajar en el apocalíptico transantiago a la hora punta –muy apropiado- mientras siga esperando una copia guardada entre mis regalonas.
28 Days Later es sin duda una de las películas a las que recurro periódicamente los fines de semana de ocio. Nunca he sido fanática de los zombies, pero ésta me robó el corazón absolutamente –sin mencionar que Cillian Murphy también lo hizo y que el toque Danny Boyle me atrapó irreversiblemente desde la encantadora Trainspotting- con muy buena fotografía y una banda sonora destacable, razones por las cuales caigo irremediablemente en ese enamoramiento obsesivo por las películas que sufro de vez en cuando.
28 Weeks later es menos adorable y mil veces más escalofriante que su antecesora, sin embargo me robó el corazón de todas formas. Es que nadie puede resistirse a la imagen de un Londres desolado y vacío, y a unos zombies al fin poderosos, rápidos y sin esa típica actitud de enfermos mentales que suelen tener los zombies en casi todas las películas que he visto –razón por la cual no soy amante del género-. Notable me pareció la primera escena completa, una pequeña pero increíblemente excitante introducción 28 semanas antes de la historia central. Y más aún, la escena de la infección masiva de gente hacinada -tal cual lo describían en la primera película- vomitándose unos a otros, sanos e infectados habitando el mismo espacio, el caos, sangre, gritos, desesperación y lo más increíble de todo: una música demoledora. Sólo Dios sabe cómo hubiesen terminado mis uñas si no hubiese tenido la precaución de comprar cabritas antes de la función.
Si bien es cierto que 28 Weeks Later no supera a mi siempre amada 28 Days Later, se convirtió en una de las mejores películas que he visto últimamente –aunque no es un buen punto de comparación teniendo en cuenta que las últimas que vi en el cine fueron Transformers y Los Simpson- y quedará apuntada solo un poco más abajo que su antecesora en mi lista de favoritas. Quisiera verla una segunda vez para convencerme del todo. Por ahora puedo decir que me encantó, y que seguiré escuchando la banda sonora en el pendrive al viajar en el apocalíptico transantiago a la hora punta –muy apropiado- mientras siga esperando una copia guardada entre mis regalonas.